
Abelitus web


Esperando el alba
Madrugada
Amable escarcha
de la nieve madre,
gotas que refrescan
la paz del sendero,
dulce agua de nubes,
leve cual el viento,
la tierra recubre
con suave perfume.
Nubes plañideras
que dejáis al viento
cerca de la higuera
su aroma insaciable
del aire y el agua,
alfombra de luces,
luz de primavera,
¡Qué pena que siempre
cuando den las once
el calor que anuncias
con tu blanca llama
te sacie y derrita
sin piedad y ruego!
Vitoria, primavera 1977
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