Todo me recuerda a ti          

a María 

​   

Todo me recuerda a ti: 

el horizonte que se pierde

en una línea misteriosa

tras la cual tu vida fluye

como el agua;

 

aquel velero que señala

con su vela blanquecina y ondulante

el camino que conduce donde vives

al amparo de los mares y las olas;

 

ese crucero lejano que se esconde

de camino hacia tu encuentro,

pleno de música, de cantos y sonrisas;

 

las nubes que van y vienen

desde tu sombra a la mia

y van dibujando tonos

que suspiran y se callan;

​

los aviones que rebelan

qué corto se hace el camino

cuando los cuerpos se abrazan

y las almas se sonríen;

 

este bañista obcecado

en conseguir con su nado

el acercarse a su amada

a pesar de la corriente

que le empuja sin cesar contra corriente; 

​

aquella niña que juega

con el cubo y con la pala

vaciando la mar en calma

a la orilla de la playa; 

 

la mujer que se pasea

decidida, hacia la entrada

con su cabello ondulante

y la musica sintiendo

en cada instante;

​

Las gaviotas volanderas

que transportan desde el aire

mi mirada hacia la tuya

con las alas enlazadas

en abrazos fraternales;

 

la luna fina y serena

que pasea su figura

por el azul circundante

mirando desde mi cielo el tuyo,

señalando acompasada

el corazon palpitante de los dos

que sin mirarse

se reflejan en su cara sonrientes.

 

Hoy, todo me recuerda a ti,

esas flores, margaritas,

esas luces en tu cara,

ese viento, aquella roca,

esta palabra incompleta

ese beso confiado.

 

El amor no se planea.

​

Burgos, 1983