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Abelitus web


Esperando el alba
Tus manos
a Ana María
Oprimí tus manos mientras te miraba
Tus ojos lucían como dos luceros.
Tu mirada inquieta estaba clavada.
Mis manos.
Me dejaste fuera, no me recordabas
¡Quién sabe quien fuera!
Te tuve en mis manos y eras tan lejana.
Te cogí tus manos y tú te callabas
Te tuve en las mías pero no eras mía.
¿Quién te poseía?
Vitoria, otoño 1977
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