Feelings          

                                                       a Mary Carmen
Era de noche, era invierno
pero no para nosotros.
Charlamos, corrimos, jugamos
cual dos cervatillos sedientos de vida.

​

Tú me comprendías, por fin lo lograba.
Yo lo mismo hacía. 

Nada me importaba que hubieras vivido, 

que hubieras sentido mirada de otro hombre.

​

Yo sólo buscaba por dentro tu alma.
El cuerpo quedaba fuera de mi alcance.
Yo no lo entendía pero lo aceptaba.

​

Tú me comprendías. Por fin era cierto.

Era pura noche de un invierno helado
pero nos sentimos desnudos del alma.

Sinceras palabras eran nuestras mentes
Las dos almas nuestras unidas en sueños.
Por fin lo lograba.

Vitoria, otoño 1977