
Abelitus web

Esperando el alba
A un anciano
a Eugenio
No le conocí. No pude.
Perdió el cálculo mi edad.
Tan sólo cuando ya viejo,
tan anciano de verdad,
lo vi. No andaba, corría.
Su cesta con una mano.
Su bastón, tesoro es hoy,
como un perro a él lo seguía.
Las nubes, el aire, el agua
pasábanle y sin sus gafas
las hormigas dibujaba.
Nieve helada por sombrero.
Santo Dios de la esperanza,
seguro en el cielo está.
Vitoria, primavera 1977
abel89@gmail.com 2023 Todos los derechos reservados